Quihubo paisanos, les saluda su amigo Froylan el caminante.
Vamos a entrarle directo. Aprovechando el 20 de noviembre, aniversario de la revolución en México, les contaré la historia del general Mucio Bravo.
Aclaremos: todos los pueblos tienen historias, pero no todos tienen personajes históricos.
Mucio Bravo es un general que vive en el imaginario de nuestra mixteca. Es un ser casi fantástico que el pueblo conoce de nombre y se lo ha apropiado como héroe local. Tan es así que hay una estatua en su honor situada en el zócalo de San José Mixquitepec y su tumba se encuentra en la zona de la iglesia. Los paisanos de ese rumbo se sienten orgullosos de la pertenencia de tal personaje.
Existe también en su honor el bachillerato General Oficial: Mucio Bravo, mismo que procura y cultiva las jóvenes mentes de la localidad.
El pueblo le ha rendido homenaje en varias ocasiones: “campesinos montados a caballo desfilan por las principales calles de Mixquitepec para recordar al general Mucio Bravo…” cita un respetable periódico digital llamado MUNICIPIOS en su número publicado este sábado, 19 de noviembre de 2022.
“Mucio Bravo nació en el año de 1872 y murió en 1914” afirma el diario ya mencionado.
Sin embargo, si de verdad queremos saber un poco más de nuestro afamado general, tenemos que sumergirnos un poco en la historia de nuestra mixteca en plena revolución mexicana.
No es intensión de su paisano Froylan el caminante aburrirles con una lección de historia, pero platicar un rato de estos temas, suele ser muy gratificante:
VÁMONOS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX
Corría el año de 1909. Año de elecciones en Acatlán, mismas que fueron manipuladas por los rurales de don Porfirio. El pueblo descontento se atrevió a expresar su molestia y surgieron los “levantados de Tehuitzingo”, forajidos que huyeron al monte.
Mientras tanto, Madero propone el levantamiento revolucionario para el 20 de noviembre de 1910 y Acatlán se abraza al Maderismo formando su propia Guerrilla.
Simultáneamente, en Morelos surge el Zapatismo al mando del jefe Zapata y su hermano Eufemio, movimiento al que se une el campesinado cansado de las injusticias.
En el ir y venir de la revolución, Madero ya presidente, se enemista con Zapata y nuestra Acatlán maderista se prepara para enfrentar a los zapatistas en 1912.
Jesús el tuerto Morales (terrible compadre de Zapata) es el general asignado para dirigir el asalto. La orden es tomar a sangre y fuego la ciudad de Acatlán, rica en producción cañera y comercio.
Cruento y terrible es el ataque y defensa de Acatlán. Tan valientes los defensores, como valerosos los zapatistas en su misión de tomar a la perla de la mixteca. No podía ser de otra manera si entre los zapatistas se encontraba nuestro general MUCIO BRAVO como uno de los oficiales zapatistas.
Así es paisanos, Mucio Bravo, bragado general Zapatista, participó en los dos asaltos a los que fue sometido Acatlán de Osorio. El primero en 1912, el segundo en 1913.
Hay que decirlo, en ambos asaltos fueron rechazadas las fuerzas zapatistas.
Se cuenta que el gran Eufemio Zapata desde el cerro de san Juan dijo: Acatlán es dominante. Vámonos…
Sin embargo, las acciones locales en los alrededores de Acatlán continuaron, porque cuando se trata de la justicia del pueblo, siempre hay mucho que hacer.
El 13 de junio de 1913, el grupo zapatista del general Mucio Bravo de Mixquitepec, había derrotado en Guadalupe Santa Ana, a otro destacamento de la Guerrilla de Acatlán encabezado por Protasio Aja.
La revolución, llena de vaivenes nos sorprende con la caída de Madero a manos del usurpador Victoriano Huerta. A pesar de eso, Acatlán mantiene su Guerrilla.
Después de la toma de Zacatecas en 1914, cae Victoriano y algunos contingentes huertistas al mando de sus generales, se unen al zapatismo. Entre estos se encuentra el mismísimo Benjamín Argumedo que con su regimiento, se dirige a la mixteca poblana.
En la zona de Acatlán surgen dos facciones zapatistas:
La primera, situada en la Hacienda de Santa Ana -Guadalupe, a la que pertenecía Mucio Bravo.
La segunda, dirigida por el general recién unido al zapatismo, Benjamín Argumedo.
Los acatecos deciden abrazar al zapatismo, pero se ponen a la orden de la facción de Argumedo.
Los vientos de la revolución hacen que el Carrancismo emerja con tremenda fuerza y estos deciden atacar a nuestra Acatlán de Osorio.
Conocedores de la región, los jefes sureños se movilizan el 9 de octubre del 14. Salen al encuentro de los carrancistas, el jefe Mucio Bravo de Mixquitepec y Juan Herrera de Guadalupe.
Poderoso y tremendo es el enfrentamiento. No hay cuartel. El arrojo y valentía es la moneda de cambio, sin embargo, la caballería acateca no logra abrirse paso en las líneas enemigas, siendo superados en batalla.
Mucio Bravo, valiente general, furioso, temerario, se acerca demasiado a la línea de fuego siendo ametrallado. Le destrozan la cadera y matan también a su caballo. Ahí quedó nuestro héroe sin que sus hombres pudieran auxiliarlo.
Las tropas de Argumedo, sumándose a la batalla en una violenta acción de contraataque, apoyan a los hombres de Guadalupe y Mixquitepec, recuperando el cuerpo del valiente general.
Los carrancistas emprenden la retirada y Acatlán está a salvo.
El 11 de octubre llega a Acatlán la tropa de Guadalupe y Mixquitepec, llevando el cadáver del jefe Mucio Bravo.
El general Argumedo ya no regresó a Acatlán.
Tal es la historia del general MUCIO BRAVO, convertido ahora en leyenda.
Fuentes:
https://municipiospuebla.mx/nota/2015-10-11/acatl%C3%A1n-de-osorio/rinden-homenaje-al-general-mucio-bravo-en-mixitepec
GONZÁLEZ Escanilla, José Pascual/G. ESCAMILLA Guadalupe. Memoria de Acatlán. Editorial: Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla, 2003.
Me encanto el articulo, espero con ansias el siguiente.
Good luck!